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Convirtiendo miedos en pequeños experimentos
Menos planes perfectos, más experimentos pequeños
Este mes hice mi primer Lab Session con Club C — una videollamada donde compartimos en qué andamos trabajando, sin pretensiones, solo curiosidad. Se conectaron 8 personas. Fue un pequeño experimento y siento que lo aprovechamos mucho: feedback honesto, ideas nuevas, y esa energía de saber que no estás solo en el proceso.
Si quieres estar en el próximo, únete a la comunidad. Lo haré cada mes. Hoy quiero hablar un poco sobre eso: pequeños experimentos.

Lab Sessions #1
Cuando era más pequeño, todo era un experimento. Un lugar nuevo por explorar, algo que aprender, una aventura por vivir. No había miedo porque no había expectativas. Solo curiosidad pura.
Después crecí. Fui a la universidad, hice el internado de medicina en un hospital de mi ciudad y finalmente empecé a trabajar como médico ocupacional.
No está mal ese camino. Hay seguridad en él, estabilidad. Y para muchas personas es exactamente lo que quieren.
Pero para mí, algo se sentía incompleto. La vida se volvió lineal — un camino ya trazado, una ruta que otros recorrieron antes. Predecible.
Y en algún punto del camino, dejé de experimentar.
¿Porque dejamos de experimentar?
Creo que a muchos nos pasa lo mismo.
En lo profundo, queremos vivir de forma más intencional. Hacer cosas que nos gusten de verdad. Crear algo propio. Experimentar.
Pero la vida se "interpone". Las responsabilidades crecen. El tiempo se reduce. Y la idea de hacer grandes cambios — ese proyecto que llevas meses pensando, ese canal que quieres empezar, ese negocio que imaginas — se siente cada vez más imposible.
Entonces, ¿qué hacemos? Buscamos certezas. Caminos familiares. No porque funcionen mejor, sino porque se sienten seguros.
Y el miedo empieza a manifestarse de formas pequeñas:
Aplazamos las cosas porque no estamos seguros de cómo resultarán.
Evitamos situaciones donde tengamos que probar algo nuevo frente a otros.
Dejamos de hacer cosas que sabemos que mejorarían nuestras vidas porque "no tenemos todas las habilidades necesarias".
Nos convencemos de que somos más productivos leyendo, investigando, viendo videos sobre cómo hacer eso que queremos irónicamente... cualquier cosa menos actuar y arriesgarnos a ser juzgados.
Pocas personas hacen experimentos. Porque experimentar significa viajar en la incertidumbre. Y eso da miedo.
Haciendo algo diferente
Este diciembre decidí hacer algo diferente.
Tuve una videollamada con el Dr. Rafael Martínez, un ex compañero de la universiadad donde hablamos sobre la neurociencia detrás de ser consistente vs. sentirte inspirado — un tema que me tiene pensando en una nueva playlist para YouTube.
Y también hice mi primer Lab Session con la comunidad.
Fue genial. Compartir con personas que quieren construir algo online como yo. Recibir feedback honesto. Hablar sobre las dificultades reales del proceso. No expertos, solo personas curiosas.
Viendo estas experiencias desde el punto de vista experimental hace que ese miedo al fracaso desaparezca.
¿Por qué? Porque no eran "grandes apuestas". Eran pequeños experimentos.

Día de grabación
¿Y si en lugar de pensar en grandes proyectos o cambios de vida, empezaras con pequeños experimentos?
Un pequeño experimento es una acción de bajo riesgo que haces para aprender algo nuevo, probar una posibilidad, o simplemente explorar. No necesitas tenerlo todo resuelto. No necesitas el plan perfecto. Solo necesitas curiosidad.
Es así como empecé con la idea de los Lab Sessions. No sabía si funcionaría. No tenía todo planeado. Pero tenía curiosidad por ver qué pasaba si reunía a personas con ganas de crear y compartir.
¿Qué hace un buen experimento?
No todos los experimentos son iguales. Estos son los tres elementos que hacen que un pequeño experimento realmente funcione:
1. Puedes hacerlo con lo que tienes ahora.
No necesitas comprar la última cámara para empezar a grabar. No necesitas la versión premium de la app para crear. No necesitas esperar a tener "todo listo".
Los mejores experimentos nacen de las limitaciones, no a pesar de ellas.
2. Nace de la curiosidad, no de la obligación.
No lo haces porque "toca" o porque alguien te dijo que deberías. Lo haces porque genuinamente quieres explorar algo, entender algo mejor, probar algo nuevo.
Incluso si el resultado no es el que esperas, el proceso vale la pena.
3. Tiene potencial de crecer.
Un buen experimento puede empezar pequeño pero tiene la semilla de algo más grande. Puede impactar tu vida de forma significativa. Y eventualmente, la vida de otros.
Mi primer Lab Session fue una hora con unas pocas personas. Pero veo el potencial: un espacio mensual donde creadores se ayudan mutuamente a avanzar. Eso empezó como un experimento.
Mi experiencia con el miedo al fracaso
Siento que siempre vuelvo al tema del miedo al fracaso porque es algo con lo que lidio constantemente. Y probablemente tú también.
Pero en realidad me he dado cuenta que en realidad nadie espera que fracases.
La mayoría de tus conocidos se alegrarían de verte triunfar. Y a quienes no te conocen, honestamente, les da igual.
El miedo al juicio es casi siempre más grande en nuestra cabeza que en la realidad. Las personas están demasiado ocupadas con sus propias vidas como para estar pendientes de si tu experimento funciona o no.
Y los que sí están pendientes — como los primeros participantes que tuve en Lab Sessions #1 — generalmente están ahí porque comparten tus ideas y quieren aprender también.
Me llena de alegría y emoción ver todas las posibilidades de una nueva aventura, de un nuevo experimento. Una nueva forma de crecer, de expresarte, de conocerte, de ayudar.
Y no tiene que ser algo grande. Puede ser algo pequeño. Riesgos bajos. Siempre hay algo positivo en intentar sin miedo a fracasar.
Cuando tratas la vida como una serie de experimentos, dejas de necesitar que todo salga perfecto.
En lugar de eso:
Juegas.
Te adaptas.
Aprendes.
Creces.
Esa curiosidad que tenías de niño no desapareció. Solo está esperando que le des permiso de volver.
Si quieres un espacio para experimentar junto a otros creadores curiosos, únete a Club C.
Haré Lab Sessions cada mes — sesiones donde compartimos en qué andamos trabajando, sin pretensiones, solo curiosidad. No expertos, solo personas explorando juntas.
Porque los mejores experimentos no se hacen solos.
— Kevin