El Sistema Anti-Inspiración: Cómo Crear Sin Ganas

El framework de 4 pasos que uso para crear consistentemente, incluso cuando no tengo ganas ni inspiración.

¿Te ha pasado que tienes una idea brillante pero te quedas esperando a que llegue la inspiración para empezar?

Actualmente estoy preparando una serie de videos que hubiera querido ver cuando estaba empezando a crear contenido en redes. Algo que me hubiera ahorrado un par de años si lo sabía antes jaja. Y lo que me pasaba es que al inicio me quedaba sentado esperando inspiración, que cayera desde la pequeña ventana que tengo en mi miniestudio, pero no llega cuando estás estresado por el día que tuviste y solo quieres ver Netflix.

Vincent Van Gogh dijo algo muy cierto:

“Las grandes cosas no se hacen por impulso, sino por una serie de pequeñas cosas unidas. El truco está en enfocarse en la primera cosa pequeña. Empezar pequeño sigue siendo empezar, y los pequeños comienzos a menudo llevan a finales extraordinarios.”

Y esa fue la inspiración para esta edición del newsletter. Porque la verdad me he sentido así. No tan inspirado, pero siempre haciendo, siempre creando. Cosas pequeñas que llegarán a ser grandes con dedicación.

Estudios muestran que 92% de las personas abandonan sus metas en los primeros meses, no por falta de conocimiento, sino por esperar el momento “perfecto” para actuar.

El Mito de la Motivación Constante

Es extremadamente difícil estar motivado todo el tiempo, y el que diga que no está mintiendo.

El problema real no es la falta de motivación, es que hemos creído en el mito de que necesitamos sentirnos inspirados para crear algo valioso. Digamos que tienes una idea y sabes que es buena, pero el problema es que piensas que para que llegue a hacerse realidad tiene que venirte inspiración. Dices “este día que tengo libre la haré” o “el siguiente fin de semana”.

Peor aún: cuando le cuentas a alguien tu idea, tu cerebro libera dopamina, como si ya la estuvieras ejecutando. Se siente bien… pero es una trampa. El cerebro cree que ya hiciste algo, cuando en realidad solo hablaste de ello. Yo he caído en esto muchísimas veces.

No importa en qué estés trabajando o qué estés planeando, hay días que simplemente no quieres hacer absollutamente nada. Hay reportes que no quieres hacer, videos que no quieres grabar, ejercicios que no quieres hacer y conversaciones que no quieres tener. Y hay días donde tu energía y emociones no te dan tiempo ni siquiera para comer.

Va a haber días donde las cosas que te importan las percibes como un trabajo más, pero finalmente la vida seguirá pasando, así sea que quieras participar o no. Entonces la mejor vía es intentar solucionarlo.

La perspectiva que cambió mi forma de ser creativo:

La única diferencia entre los creativos exitosos y los que se quedan estancados no es el talento o la inspiración constante. Es la capacidad de actuar sin ganas, de crear sistemas que trabajen incluso cuando tu motivación está en el suelo.

El Sistema Anti-Inspiración: 4 Pasos para Crear Sin Ganas

Estos cambios son parte de la vida y creo que todos nosotros los experimentamos. Sin embargo, para las cosas que considero más importantes en mi vida he creado un sistema que me ha servido para lidiar con esos días vagos.

1. Empieza con algo ridículamente pequeño

La parte más importante de cualquier tarea es empezarla. PUNTO. No le das tiempo a encontrar la motivación necesaria para empezar, solo empieza.

Por ejemplo, a veces me cuesta sentarme y escribir o editar porque lo veo como una tarea que llevará mucho tiempo. ¿Qué hago? Lleno un vaso de agua y me obligo a sentarme en el escritorio. De esa forma, cuando no lo quiera hacer, solo me digo a mí mismo: “solo lleva el vaso de agua y siéntate”.

Una cosa lleva a la otra y luego de eso ya me encuentro editando. Así sea que resulte en algo feo, solo empezar ya es ganar. Es como crear un ritual antes de empezar.

Tu acción: Identifica la acción más pequeña posible para tu proyecto. ¿Escribir un libro? Abre el documento. ¿Hacer ejercicio? Ponte los zapatos. ¿Crear contenido? Enciende la cámara.

2. Abraza los deadlines (aunque los odies)

Las odio, pero son necesarios. En mi caso estoy escribiendo más y lo estoy haciendo una práctica diaria, así genero más scripts para videos y más ideas. Tener este deadline de sacar un newsletter semanal me ha ayudado a progresar mucho más rápido.

Los deadlines cambian tu cerebro: en lugar de “algún día lo haré”, se convierte en “tengo que hacerlo ahora”.

Tu acción: Define una fecha límite no negociable y compártela públicamente. La presión social te ayudará a cumplir.

3. Comprende el compound effect

Imagínate que te ofrecen la opción de tener 1 centavo que duplica su valor por 30 días o $1 millón de dólares. ¿Qué elegirías?

Muchas personas escogerían tener $1 millón de dólares. Esto se debe a nuestro deseo de gratificación inmediata, y no comprender el poder acumulativo de duplicar el valor de algo tan pequeño como un centavo.

Un centavo que duplica su valor diario por 30 días es $5,368,709.12. Ese es el poder del efecto compuesto.

30 minutos de redes sociales equivalen a 10,950 minutos en el año. Si leyeras esos mismos minutos, sería equivalente a 182 horas de lectura. Podrías leer 20 libros del tamaño de Harry Potter y la Piedra Filosofal al año.

Si le dedicas tiempo todos los días a hacer algo, ya sea 30 minutos, eso es 150 minutos a la semana que le has dedicado a algo. Es decir, mejorar 1% cada día.

Tu acción: Calcula el impacto de 30 minutos diarios en tu proyecto durante un año. Visualiza dónde estarás en 365 días si empiezas hoy.

4. Encuentra la parte del proceso que amas hacer

A veces lo que más disfruto no es editar como tal, sino imaginarlo todo antes. Pensar en el thumbnail, las ideas, visualizar cómo se vería con la música, qué ritmo tendría. Amo esa parte. Cuando todo hace clic en mi mente —la imagen, la música, el ritmo— ahí es donde más me emociono.

Y eso es clave: cuando encuentras esa parte del proceso que genuinamente disfrutas, se convierte en tu puerta de entrada. Usas lo que amas para llegar a lo que necesitas hacer.

Tu acción: Identifica qué parte específica de tu proceso creativo te genera más energía. Empieza siempre por ahí, y deja que te lleve al resto del trabajo.

La Verdad Que Cambia Todo

En realidad no hay una respuesta mágica ni una receta secreta. Los buenos hábitos son la fórmula mágica y bueno, el compound effect también creo que es mágico jaja.

Pero aquí está la clave que la mayoría pasa por alto:

Si quieres cambiar y mejorar, deja de pensar en resultados y métricas y empieza por pensar en tu identidad. Conviértete en el tipo de persona que puede alcanzar esos objetivos empezando. Los resultados pueden venir después.

El momento en que comprendas que para hacer algo que aún no haces debes convertirte en alguien que aún no eres, tu perspectiva cambia.

No se trata de “escribir un libro” - se trata de convertirte en “alguien que escribe todos los días”. No se trata de “crear contenido viral” - se trata de convertirte en “alguien que crea consistentemente”. No se trata de “tener un negocio exitoso” - se trata de convertirte en “alguien que resuelve problemas todos los días”.

La parte difícil no es saber qué hacer; es hacerlo a diario, tengas ganas o no. El desafío no es saber que deberías crear contenido; es sentarte y hacerlo cuando preferirías navegar en redes sociales.

Si estás esperando inspiración, ya perdiste. Pero si empiezas pequeño hoy, estarás 365 pequeños pasos más cerca de donde quieres estar el próximo año.

¿Cuál va a ser tu primer paso ridículamente pequeño hoy?