La trampa de la productividad: siempre haciendo, nunca viviendo

La obsesión por hacer más puede hacerte olvidar por qué empezaste.

Últimamente he estado pensando en esta obsesión de querer crear algo que resuene con los demás. No diría que estoy obsesionado, pero quisiera que mi voz sea escuchada.

Es como una lucha interna entre pensar en el futuro y vivir en el presente. Y vivir en el futuro no es bueno.

Nos dicen que hay que trabajar sin descanso hasta que los sueños se hagan realidad. Suena bien en teoría. Pero la realidad es otra. Desde que te despiertas hasta que te acuestas, vives obsesionado con lograr eso que quieres. Pensar a largo plazo es más difícil de lo que parece.

Pasar por esa etapa de trabajo intenso no está mal. Lo que está mal es vivir así 24/7 dejas de estar presente.

Siento que estoy atrapado en el futuro. Cada vez que escribo algo, ya estoy pensando en cómo le irá cuando lo publique. Cada vez que edito un video, ya estoy analizando si llegará a las personas correctas, si en realidad vale la pena.

Al querer expresarte, ya estás pensando en la reacción de los demás. Y en ese proceso, te pierdes del presente, que es donde las cosas realmente están sucediendo.

Es un ciclo que puede consumirte:

Trabajo → revisar métricas → crear → esperar que le vaya bien a tu creación.

Y repetir.

No hay bloques de trabajo y descanso. Un domingo a las 11 pm, puedes estar con la laptop esperando ese comentario que te valide, que te haga sentir que vas en el camino correcto. Pero muchas veces, no llega.

Y entonces la pregunta es: ¿Realmente necesitas esa aprobación?

Me lo cuestioné hace poco en mi pequeño experimento con Threads. Siento que grito y nadie escucha (todavía jaja). Pero está siendo divertido probar una nueva plataforma.

Tim Ferriss, en The 4-Hour Workweek, habla del “diseño de estilo de vida”, esa idea de escapar del sistema tradicional de trabajar sin descanso hasta jubilarte con dinero (pero sin juventud).

El problema es que diseñar ese estilo de vida puede convertirse en una obsesión. Pasas tanto tiempo pensando en cómo quieres vivir, que te olvidas de vivir ahora. Y en el proceso, dejas de estar presente para quienes realmente importan.

Piensa en alguien que siempre está distraído con el celular, revisando métricas, sacando ideas, intentando estar en todo al mismo tiempo. Querer escapar del sistema y ser tu propio jefe suena genial. Pero cuando estás empezando, es más complicado de lo que parece.

Al inicio, dependes de un trabajo estable porque, seamos sinceros, nadie te conoce, nadie está consumiendo lo que creas y menos pagando por ello.

Estamos en una era de cambios constantes: IA, economía de creadores, globalización de ideas. Nos empuja a redefinir lo que significa vivir una vida con propósito.

Y eso me llevó a preguntarme: ¿Qué es lo que realmente quiero hacer?

En mi vida creativa, sé qué es lo que me da propósito sin importar lo que depare el futuro (o la IA jaja):

  • La autoexpresión en mi caso través del filmmaking y la escritura.

  • La curiosidad por aprender ideas nuevas.

  • El deseo de compartir lo que sé con los demás.

Eso no va a cambiar, sin importar cómo evolucione la tecnología o los medios.

A través de este newsletter, mis videos de YouTube y la pequeña comunidad que estoy formando, estoy documentando el proceso de intentar crear algo con valor para los demás.

Es un camino lleno de incertidumbre, pero también de pequeñas victorias que me hacen seguir adelante.

Entonces surge la pregunta:

¿Cómo avanzo hacia una vida que realmente tenga significado?

¿Cómo encuentro esa intersección entre lo que importa, en lo que soy bueno y lo que el mundo necesita?

Después de darle muchas vueltas, llegué a algunas ideas que me han ayudado a navegar este camino sin sentir que estoy perdiéndome en el intento.

No son fórmulas mágicas, pero sí principios que me han permitido encontrar dirección sin sentir que tengo que tenerlo todo resuelto desde el inicio:

1. Vivir con intención

No hay un solo camino en la vida. Nadie tiene un manual con instrucciones exactas sobre qué hacer. Lo que realmente importa es diseñar tu propia narrativa, encontrar esas cosas que te despiertan curiosidad y construir tu versión del éxito.

Construir una vida significativa es un equilibrio entre ser (estar presente), hacer (contribuir) y convertirse (crecer constantemente).

No hay una única fórmula. En cambio, se trata de seguir la curiosidad, aprender en el proceso y encontrar lo que realmente resuena contigo.

Últimamente, me he sumergido en todo tipo de temas, desde creatividad hasta cómo construir un negocio sostenible en internet.

Estoy en un punto donde ya no me interesa consumir por consumir—ni contenido en redes, ni conversaciones sin profundidad. Prefiero absorber ideas que me obliguen a cuestionarme, aprender de los que lo están haciendo mejor y, eventualmente, aportar algo valioso. No quiero ser solo un espectador, quiero construir algo con significado.

2. Mentalidad a largo plazo

Pasamos 5 años estudiando una carrera universitaria, pero cuando intentamos emprender o construir algo propio, queremos ver resultados en un mes.

Empezar desde cero es difícil. Al inicio dependes de un trabajo, de ahorros o de apoyo externo mientras intentas levantar algo propio. No es inmediato, pero lo que realmente marca la diferencia es encontrar el tiempo y la energía para construir algo significativo sin abandonar en el intento.

En mi caso, me aseguro de escribir al menos 30 min cada mañana, sin importar qué tan jodido sea el día. Porque el progreso no viene en saltos gigantes, viene en pequeñas acciones repetidas todos los días. TODO ES POCO A POCO.

3. Contribuir al mundo de manera única

La mejor forma de contribuir es encontrar el cruce entre lo que importa, lo que amas y lo que el mundo necesita.

Eso es lo que intento hacer aquí, en este newsletter y en mis videos de YouTube. Documentar, reflexionar y conectar con personas que están en una búsqueda similar. No se trata solo de compartir lo que aprendo, sino de crear un espacio donde otros puedan encontrar ideas, inspiración y el empujón que necesitan para empezar a construir algo propio.

Si tú también estás intentando crear algo diferente, no olvides que todos empezamos desde cero, pero el simple acto de comenzar ya es una victoria.

Descubrimientos inspiradores

  • En los 90s, un artista creó imágenes ficticias de videojuegos en una computadora Amiga con Deluxe Paint II, capturándolas con fotos porque no podía exportarlas. Su serie "Q. Would you recognise a Virtual Paradise?" se exhibió en varios museos, pero los archivos originales se perdieron. Solo quedan las fotos como testigos de esa era digital.

Cosas interesantes en la web